El nuevo jefe de personal de Natividad aporta una visión médica a Salinas Valley.

  • August 20, 2020
  • Pam Marino, Monterey County Weekly

Resulta que las personas con pocos recursos que necesitan ayuda médica en África, Asia, el Caribe y Salinas Valley tienen mucho en común. Si alguien puede entenderlo, es el jefe de personal del hospital de Natividad, Chris Carpenter, que comenzó a desempeñar el cargo durante dos años el 1 de julio tras ser elegido por sus colegas. Carpenter creció en San Leandro y no viajó mucho durante su infancia, pero eventualmente salió al extranjero en la universidad. Combinó su pasión por la medicina con el interés por conocer otras culturas y acabó ejerciendo su profesión en algunas zonas difíciles del mundo, como la República Democrática del Congo.

“En Natividad tenemos los recursos necesarios para ofrecer una atención de primer nivel, pero los pacientes a los que atendemos suelen estar muy empobrecidos”, dice Carpenter. Las conversaciones que mantiene con las familias que se enfrentan a la falta de recursos no son distintas de las que ha mantenido con los pacientes del Congo o de Haití: “Nuestros pacientes luchan de forma similar a como podrían hacerlo los pacientes en países muy empobrecidos”.

Carpenter y su esposa, Lisa Dickey, han trabajado para mejorar la atención a los pacientes en Nepal, India, Timor Oriental, Liberia y Haití. Tras casarse, eligieron Haití para estar “más cerca de casa”. Fue allí donde se unieron a otros para fundar Kay Mackenson Clinic, que trata a niños con enfermedades crónicas, la cual está completamente dotada con médicos, enfermeras y personal de apoyo haitianos.

En Haití también adoptaron a sus gemelos, Gabriela y Tristán, a quienes conocieron como pacientes con desnutrición cuando tenían 5 meses de edad. Su madre era una viuda sin hogar que criaba a seis hijos en ese momento. “Ella había llegado a la conclusión de que quería hacer lo mejor para sus hijos y quería darlos en adopción”, dice Carpenter. Los gemelos tienen ahora 9 años y la familia sigue en contacto con su madre biológica.

Carpenter comparte con algunos de sus pacientes sus antecedentes familiares en la agricultura: tres de sus abuelos eran agricultores. Los padres de Carpenter eran de clase trabajadora, su padre trabajaba en la construcción y su madre como secretaria. Fue su madre quien se empeñó en que sus hijos fueran la primera generación de la familia en ir a la universidad. Carpenter consiguió un trabajo conduciendo un montacargas al salir del instituto, y asegura que no sabía la logística de cómo aplicar para la universidad, hasta que su madre lo inscribió a clases en Chabot College de Hayward. Una clase de fisiología fue la que despertó su interés por la medicina.

Carpenter se puso en contacto para una entrevista por Zoom a fin de compartir más sobre su vida y lo que espera lograr como líder en Natividad.

Weekly: ¿Qué peligro supone ejercer como médico en el Congo, y qué les llevó a usted y a su esposa a querer ir allí?

Carpenter: Tuve la oportunidad de realizar proyectos de mejora de la calidad en la unidad de cuidados intensivos neonatales y de empezar a trabajar para construir una unidad de cuidados intensivos pediátricos. Fue un gran desafío y existe una tremenda violencia e inseguridad, pero no nos afectó como a los lugareños. Estábamos muy protegidos. Los pacientes que vivían en las montañas o en los bosques de poca altura temían constantemente a los paramilitares y a todos los rebeldes de la zona. Nunca nos sentimos amenazados, pero vimos a personas afectadas por la violencia casi a diario.

Más tarde volvieron e hicieron una película independiente,  Born in Goma (Nacido en Goma).

Cuando salimos del Congo, pensamos que nunca volveríamos porque era muy difícil, desafiante y estresante. Al concluir nuestro trabajo en Timor Oriental, ambos dijimos, de forma independiente, que queríamos volver al Congo porque allí habíamos tenido el mayor impacto. Trabajamos día a día con los médicos locales de allí y el documental fue un proyecto interesante, pero ese no era nuestro principal objetivo. Queríamos filmar las experiencias de nuestros pacientes y sus vidas.

¿Cómo reaccionó la gente a la película?

Cada vez que mostraba la película la gente me preguntaba: “¿Qué puedo hacer, cómo puedo participar?”. Mi objetivo no era necesariamente abogar directamente por el Congo, sino que la gente se involucrara más [con las personas desfavorecidas] en su comunidad.

Después de haber ejercido en todo el mundo, ¿cómo se encuentra trabajando en Natividad?

Me encanta. Vivo justo al lado de uno de los mejores hospitales del país llamado, Children’s Oakland, y son fantásticos. Me encanta la gente de allí, pero disfruto tanto de Natividad que conduzco 92 millas de ida y vuelta desde mi casa para ir a trabajar. Cuando llegué inicialmente [en 2013] me pidieron que ayudara a construir el programa de pediatría. Me comprometí inicialmente por seis meses o dos años y, cuando llegó el momento de hablar de la transición, no quise dejarlo. Me gusta el hospital, me agrada la gente con la que trabajo, las comunidades. Si tuviera que resumir en una sola cosa lo que me mantiene allí, son los pacientes. Es una comunidad de pacientes divertida con la que se trabaja y muy satisfactoria.

¿Cuáles son los mayores desafíos de salud para las familias del Salinas Valley durante la pandemia de la Covid-19?

El acceso a la asistencia médica y el acceso a la medicina preventiva: ir a ver al pediatra o al médico familiar solo para los exámenes de detección y las vacunas, y asegurarse de que podemos mantenerlo.

Otra cuestión es asegurarse de que los niños tengan acceso a la educación y a una educación equitativa, porque nuestras familias, que tienen pocos recursos, no tienen necesariamente la capacidad de tener educación en línea y tutorías en casa y padres que puedan sentarse con sus hijos. Y luego están los servicios para los niños que lo necesitan. Los niños que reciben servicios adicionales en la escuela, ya sean nutricionales o de desarrollo, ¿cómo mantenemos ese nivel de servicio adicional mientras los niños se quedan en casa?

¿Cuál es su objetivo como jefe de personal de Natividad?

Realmente estoy tratando de mejorar la diversidad en el liderazgo. Tenemos grandes líderes en el hospital, pero creo que nuestro liderazgo debería reflejar nuestra comunidad de pacientes.

Mi transición al liderazgo no fue un camino sencillo y sin complicaciones. El liderazgo no es algo que me salga de forma natural, he tenido que formarme bastante y trabajar con mentores. Es algo que he trabajado mucho para mejorar continuamente. La razón por la que digo esto es que muchas personas luchan por pasar al liderazgo porque temen no tener los dones naturales. No hace falta tener los dones reales, sino el deseo de mejorar, de aprender y de mejorar.

A los médicos no se les enseña a ser buenos líderes ni a dirigir equipos con eficacia. Creo que si la gente supiera que no hace falta ser un líder fantástico para empezar a aprender a ser un líder y mejorar sus habilidades, quizá eso les animaría a lanzarse al ruedo.

“Me interesaba casi todo”, dice Carpenter sobre la elección de un enfoque en la facultad de medicina. “Últimamente, me gusta estar rodeado de niños”. A él gusta el desafío de tratar a los bebés que no pueden hablar – “es como ser un detective”- y ayudar a las familias.

Lisa Dickey