Pauline Andersen, reclutadora universitaria jubilada, trabaja como voluntaria en Natividad ahora que su corazón late mejor. Pauline sabía que tenía fibrilación auricular, una afección que provoca latidos anómalos y a menudo muy acelerados, cuando comenzó a atenderse con el jefe del Servicio de Cardiología de Natividad, el Dr. M. Kerala Serio. Tomaba medicamentos para la presión arterial hacía años y tenía antecedentes familiares de presión arterial alta.

Después de controlarla durante un mes, el Dr. Serio observó que la frecuencia cardíaca de Pauline disminuía por las tardes hasta el punto de que podía desmayarse. En marzo, Pauline recibió un marcapasos, que ella dice que le salvó la vida.

Pauline admite que tenía mucho miedo
de someterse a la cirugía: “El Dr. Serio
estaba muy preocupado por mí y por mi corazón”, expresó.

“El Sr. y al Sra. Andersen son muy buena gente”, manifestó el Dr. Serio. “Pauline recibió la atención estándar que necesitaba para su afección médica. Es muy amable y creo que nos da más crédito del que merecemos. Me complace que todo haya salido bien y estoy encantado de que ahora trabaje como voluntaria en Natividad. Siempre está sonriendo y con energía positiva; es un ejemplo excelente para otros voluntarios”.

Pauline recuerda lo limpio que estaba el quirófano y lo bien que olía. “Cuando salí de la cirugía, la enfermera me preguntó si tenía hambre y me trajo panqueques con huevo”, indicó. “Era como tener un conserje”.

“En Natividad, me sentí muy bien atendida. Mi grupo comunitario rezó por mí y sentí la tranquilidad de que Dios estaba presente”, dijo Pauline. “Dios me dio todo lo que necesitaba para estar cómoda, incluso tener
a mi marido a mi lado”.

En la actualidad, Pauline come y camina mejor, y su presión arterial alta mejoró. Trabaja como voluntaria en Natividad los viernes y planea ayudar a otros pacientes que se someterán a la misma cirugía que ella.

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